domingo, 8 de junio de 2008

La historia de un mendigo

Él era abogado, tenía mujer, hijos y mucho dinero. Hace más de veinte años, su mujer le abandonó. Además, dicen los vecinos del centro de Zaragoza que en esos años estaba muy involucrado en un caso jurídico, que finalmente perdió y se deprimió mucho. La única solución que encontró fue dejar su casa, sus hijos y su dinero. Ya no levantó cabeza. Él decidió vivir en la calle, en la más absoluta pobreza y sin ser esclavo de sus vicios. Con su simpatía y los pocos problemas que ha causado a la zona en la que se trasladó a vivir y que sorprendentemente nunca ha dejado, ha sabido hacerse con el cariño de sus vecinos.


Antonio es un mendigo de sesenta y tres años, aunque aparenta mucha más edad. Peina canas, tiene el pelo despeinado y sucio, la cara llena de manchas y la barba desaliñada. Se ríe solo y de la gente que pasa por delante de él. Siempre lleva camisa, pantalón y chaqueta de colores oscuros y tejidos viejos. Anda muy despacio y cruzar un semáforo le cuesta varios minutos, de hecho si se pone en rojo para el peatón él sigue caminando impidiendo a los coches la circulación. Nadie le pita ni le llama la atención. Los vecinos de esta zona están acostumbrados a él. Es una persona solitaria, nunca habla con nadie y si se intenta mantener una conversación con él lo único que va a decir es: “Fea”o “feo” o “¿qué hora es?”.

4 comentarios:

J.A. Sesé dijo...

Hola Marta: primero temática política, luego festiva y ahora social. Variedad ante todo.

Son curiosas las historias de muchos mendigos. Y también es curioso como con su simple sonrisa y sin mediar palabra se haya hecho con el cariño de sus vecinos.

Personalmente creo que lo más duro debe ser la soledad. Pero me es imposible ponerme en su lugar para saber que es lo que le pasará por la cabeza. Hay cosas muy difíciles de entender y que se nos escapan.

Un beso

J.A. Sesé dijo...

Ah, se me olvidaba Marta; no sé que pasa con los enlaces que me llevan a una página que pone "not found".

¿O concretamente estas palabras que hacen de enlaces tienen un doble sentido???

Bueno, besetes

Javi dijo...

Buen trabajo. Una realidad tan cercana y que tan lejos parece..y cada uno de ellos con sus historias.
Un saludo

Mariela Gómez Ponce dijo...

Hola Marta, estos temas son muy interesantes, pero es importante acompañarlos siempre de datos. Por ejemplo ¿Existe un senso de indigentes como lo hay de inmigrantes? ¿Tiene el gobierno algún control de la gente que vive en estas condiciones en su territorio?¿Cuánta gente (aproximadamente) que vive en la absoluta pobreza convive en Zaragoza?

Enhorabuena por el blog.

M.